Primer festejo
Ferro derrotó 4 a 1 a Kimberley, en Caballito y tras cuatro partidos disputados, consiguió los primeros 3 puntos en el campeonato. Juan Pedrozo, Pablo Vera, Noé Pérez Leiva y Diego Albertini, los goles del Verdolaga.
Había ansiedad mezclada con necesidad. Por eso, ese desahogo en el final. Por obtener la primera alegría, por el nivel demostrado, por la eficacia frente al arco rival, pero principalmente, por encausar el rumbo y comenzar a ganar la confianza que sostengan el mejor rendimiento posible.
Ferro afrontaba su compromiso ante Kimberley, en el Multideportivo, con varias dudas y la misión de mantener el buen rendimiento, que en partidos anteriores fueron lapsos que le hicieron dejar puntos vitales en el camino. Enfrente llegaba quien estaba por encima de la tabla, Kimberley, con la misión de ganar sin margen de error.
Tanto nerviosismo, hizo que la primera mitad sea desprolija, donde predominaban las imprecisiones al momento de las transiciones y eso prohibía que el juego se terminara de armar. Pero quien tenía más claridad para armar juego era el equipo de Cigliano y Espigares, apoderándose del trámite del desarrollo.
Oeste se apoyaba mucho en el Polilla Albertini, que con salida limpia y pausas claves, le bajaba las revoluciones de ansiedad para llegar primero al gol. Y tras una buena triangulación comandada por él, derivó en una asistencia para que Juan Pedrozo se anticipara a su marcador y defina frente al arco a los 12 minutos de la primera mitad. Con el primero, se soltó y comenzó a tener sorpresa por las bandas. Pablito Vera rompió con una diagonal de la derecha hacia al centro, como un rayo, para capitalizar un pase en profundidad y transformarlo en una excelente definición, con suma frialdad en el mano a mano, para irse al descanso con ventaja de dos.
Lo que se ilusionaban con un complemento tranquilo, estaban equivocados. Porque el Verdolaga salió dormido y al minuto de juego llegó el descuento del visitante, mediante Nicolás Caamaño, tras el anticipo a la salida de un tiro libre. Momento clave, entonces, para evaluar la templanza. El rival de Ferro, a esta altura, volvía a ser Ferro.
Creció la figura de Noé Pérez Leiva para jugar a dos tiempos y mover la pelota. El 16 cumplió la ley del ex, con una magnífica jugada asociada, en la que solamente tuvo que romper el arco para volver a sacar diferencia de dos a falta de 5’. Kimberley, invadido por la desesperación, adelantó sus líneas y con el arquero volcado al ataque, Albertini, con una volea desde su propio campo, le puso las cifras definitivas al triunfo.
Con la primera victoria, Ferro se puso a un punto de su rival de turno y con la ilusión de comenzar a seguir sumando. Que el tren se ponga en marcha y ya no pare, aunque la próxima parada sea una de las más bravas: el miércoles recibirá a Boca, por el partido pendiente de la fecha 1.
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