Simplemente, Pupi
No todos los futbolistas juegan doscientos partidos en un club y convierten 60 goles. Muchos, son capaces de besarse distintas camisetas, de hacerle un juicio cuando se van, de pelearse con todo el mundo. Algunos se sienten estrella y se llevan a todos por delante; otros, tal vez, solo piensan en conseguir un contrato mejor al año siguiente. El Pupi, es distinto.
Idolatrado por muchos, censurado por unos pocos, fue armando su carrera en base a esa misma transparencia que lo caracteriza en su vida personal. Se calienta, te va de frente, se agranda, se potencia y a veces también, le ha ocurrido como a cualquier humano, sufre en los malos momentos. Es, lo que se dice, un tipo común. Querible desde su sensibilidad, amigable desde su buen humor y contagioso desde su actitud y alegría que siempre pone de manifiesto dentro de una cancha: su lugar en el mundo.
Ayer vio entrar a parte de su gran familia al campo de juego para homenajearlo, en un acto sorpresa que organizó la Subcomisión de Fútbol. Recibió una camiseta con el “200” de los partidos jugados para el Club, y también una plaqueta que hacía referencia a los 60 goles convertidos (una fortuna de goles, tratándose de Ferro y de un delantero de Ferro).
Con sus 32 años, una familia hermosa y ese cariño recíproco con su “familia sustituta”, la verde, el Pupi sueña con redondear el mejor año posible. Después del triunfo ante Instituto, después de hablar con todos los medios, charló con Ferro Oficial.
-Se preparó todo como para que no te enteres… ¿te veías venir el homenaje, te diste cuenta antes o te sorprendió?
– Vi un par de movimientos medios raros. No sabía que venía la familia, que vinieron todos. Cuando la vi entrar a la nena ahí en la cancha con la camiseta, fue muy emocionante.
-Por ahí el hecho de salir cinco minutos antes te dio alguna pauta.
-Sí, me imaginé algo. No sé cómo hicieron para traerla a Natalia (su mujer) para que baje a la cancha, la verdad fue emocionante. Quiere decir que alguna vez hice las cosas bien, ¿no?
-No pudiste embocarla hoy, estás con bronca por eso.
-No… que voy a tener bronca. Siempre lo dije: a mí no me importa hacer goles todos los partidos. A mí me importa que Ferro gane y ganamos, un partido muy duro. Es impresionante cómo se está reflejando lo fuerte que está el grupo.
-Igual en el comienzo del partido entraron algo desconcentrados, parecían dormidos… todo lo contrario al segundo tiempo.
-No, no. No nos salieron las cosas. Salimos mucho tiempo antes, estuvimos esperando la orden de la tele un rato y esas cosas también te sacan del partido y de la concentración con la que entrás. También con lo mío, es como que te relajás un poquito. Igual en el primer tiempo no la pudimos agarrar pero bueno, algunas veces pasan estas cosas y tenemos que saber revertirlas y sacar adelante los partidos.
-Volviste a vivir a Capital, Natalia contenta.
-Sí. Me mudé de nuevo acá a Capital, así que estamos tranquilizándonos un poquito porque el tema de ir y venir a Ezeiza me cansaba. Agradezco de paso a la gente del Club que me posibilitó volver y está todo encaminado para que sea un lindo año.
Nota: Gustavo Cuenca