Rocío Bernardez: “Es un premio al proceso”
El handball de Ferro atraviesa la mejor década de su historia. El proceso, que ha entregado títulos metropolitanos, nacionales y participaciones en certámenes internacionales, inicia con el trabajo realizado en las Inferiores, quienes luego nutren a las categorías mayores.
Rocío Bernárdez es una de las exponentes de los años dorados de la disciplina y, particularmente, del idílico equipo de las Superpoderosas, el elenco femenino más galardonado en la Argentina. En diciembre del año pasado, con una emotiva despedida, dijo adiós a la actividad junto a Victoria Crivelli y Luciana Salvadó: juntan, levantaron ¡18 campeonatos! con la camiseta de Oeste.
Pasó toda su vida en el Club. Hizo el camino completo como jugadora, desde inferiores hasta la Liga de Honor. Optó por continuar su trayectoria como entrenadora: se desempeñó primero como asistente y hoy ejerce la conducción de las Juveniles, uno de los tantas categorías que nutren la cantera de Oeste.
Ese plantel, tras un esfuerzo enorme de las jugadoras, las familias, la Subcomisión, el Cuerpo Técnico y el Cuerpo Médico, viajó hacia Mendoza para disputar el Torneo Nacional de Clubes, con la expectativa de ir partido a partido y llegar lo más lejos posible.
No obstante, por su historia reciente Ferro siempre termina siendo favorito. Sin ninguna caída en todo el certamen, el conjunto que dirige Rocío tuvo un andar arrollador, y en la definición derrotó al último bicampeón, Sedalo, para consagrarse como el mejor Club de la Argentina en Juveniles después de 9 años, y sumar así el séptimo título en la categoría.
En esta entrevista, su entrenadora resaltó la importancia de valorar los procesos de trabajo a largo plazo, la importancia de las familias para apoyar a las jóvenes y el sentido de pertenencia que generaron las chicas para llevar la marca Ferro por el país.
– En primer lugar, felicitaciones por el título. Ya pasaron unas semanas, pero me imagino que la felicidad persiste. ¿Cómo lo vivís, habiendo procesado todo lo sucedido?
– Primero, muchas gracias. Segundo, sigo contenta y vamos a seguir contentas mucho tiempo más. Principalmente porque son torneos muy difíciles de ganar y, sobre todo, porque es el resultado de un largo proceso de laburo y hay jugadoras que están en el Club desde hace años. Entonces, la magnitud tiene otro sabor, es un logro muy importante para las inferiores.
– Para los que no saben, ¿qué implica clasificar a un Torneo Nacional?
– Para llegar a un Nacional, te tiene que ir muy bien en el Torneo Metropolitano a lo largo del año. Hay que finalizar entre los primeros tres equipos, un logro difícil porque debemos mantener el nivel en dos campeonatos: un Apertura y un Clausura, de 14 fechas cada uno. El año pasado no nos había ido bien en el primer torneo, terminamos saliendo subcampeonas en el Clausura y eso nos ubicó terceras en la tabla anual. Fue un esfuerzo haberlo conseguido porque en la primera parte de la temporada habíamos quedado en mitad de tabla. Nos propusimos para la segunda parte del año el objetivo de clasificar al Nacional. Si bien fue buscado lograr este campeonato, por ahí no fue tan esperado por cómo nos había ido el año pasado.
– No sólo implica un trabajo muy duro a nivel deportivo, sino también en lo extra deportivo. Las jugadoras son chicas, tienen otras responsabilidades. Desde lo económico, las familias tienen que solventar un viaje al interior del país, son muchas jugadoras. Incluso vos, desde tu lado como entrenadora, supongo que también habrás tenido que dejar cosas acá. Entonces, ¿cómo fue, llegar hasta acá y el logro que se obtuvo?
– La realidad es que de por sí ya es una edad en la que ellas tienen muchas responsabilidades. Hay chicas que están ya en la facultad, otras están terminando el colegio, las que están terminando la secundaria tienen el viaje a Bariloche. Entonces, ya es una edad donde la competencia es muy dura, muchas están jugando en Liga de Honor, ya se empiezan a proyectar en Mayores. Y, a su vez, están en etapas de sus vidas fuera del Club que son muy decisivas en un montón de aspectos, y se mezcla un poco todo, lo económico, las otras responsabilidades, los exámenes, Bariloche.
Entonces, desde ese lugar implica también un movimiento importante: es una semana de viaje completa, nos fuimos de domingo a domingo. Obviamente, quienes formamos el Cuerpo Técnico y el Cuerpo Médico también tenemos otros laburos y, obviamente, está la parte económica. Son viajes que están bancados prácticamente en un 100% por las familias, por colaboración de la Subcomisión o porque ellas se mueven para generar el dinero para poder viajar. Lo mismo pasa en todos los clubes, no es algo de Ferro, sino de todos los clubes, a esa edad y a nivel amateur. Desde finales del año pasado, que sabíamos que habíamos clasificado, ya comenzamos a pensar en septiembre de este año.
– Decías que el título se fue dando partido a partido. ¿Cómo fue la preparación una vez llegadas a Mendoza y la mentalización para ir en busca del objetivo?
– La gran mayoría de este grupo de chicas juegan hace mucho tiempo en Ferro, desde que tienen seis, siete u ocho años. Eso es algo que hace un poco más fácil mover al grupo en general, porque ya tienen ciertos códigos, ciertos valores que los manejan solas, una disciplina cuando viajan, que hace todo un poco más sencillo. Después, obviamente, es un torneo en el que todos los días tenés que estar pensando en el partido siguiente y prepararlo. Nosotros estudiamos al rival, utilizamos la herramienta del videoanálisis.
Tuvimos la suerte, gracias al esfuerzo que hicieron las familias, la Subcomisión y la actividad en sí, de poder llevar una kinesióloga, que fue fundamental en un torneo como este porque ya el nivel de competencia es muy fuerte. Todos los días tenés partido, hay que recuperarse constantemente físicamente, más allá de lo psicológico y lo emocional, que eso también tratamos de manejarlo y lo laburamos con ayuda de la kinesióloga. El haber podido llevar a una persona del cuerpo médico fue fundamental. Trabajamos mucho en la recuperación post partido y en la previa con las activaciones.
Si no lo preparás como corresponde, o tenés un mal partido, te quedas afuera. Entonces, desde ese lugar es muy intenso y lleva mucho laburo emocional, mental. Tuvimos la suerte que las familias vinieron casi todas, acompañaron muchísimo. Había expectativa de las familias porque es una categoría donde cierran un ciclo de inferiores. Cuando pasan a Juniors, ya empiezan a estar más enfocadas en Primera o en Mayores. Entonces, cerrar un ciclo que empezaron de muy chiquitas de esta manera, es muy gratificante.
– Además de las chicas que llevan mucho tiempo en el Club, también el cuerpo técnico está conformado íntegramente por gente que jugó en Ferro. Entonces, imagino que es un grupo muy unido y con mucho sentido de pertenencia.
– Sí, completamente. Nosotras, cuerpo técnico, todas del club, ex jugadoras. Incluso los que se quedaron acá, que también podrían haber ido a Mendoza. Nos encantaría poder ir de a cuatro integrantes o de a más, pero realmente a veces los costos lo hacen un poco difícil. Y después las chicas, que han viajado porque han jugado otros Nacionales, también hacen que las que se incorporan enseguida puedan entender cómo se mueven e incorporar ese sentido de pertenencia, esos valores, esa identidad. Un poco la laburamos en el año entrenando y con los partidos, con los torneos, pero en los viajes sale muy a flor de piel.
– Desde lo personal, como ex jugadora también te ha tocado jugar este torneo, te ha tocado ganarlo. También pasaste por esas categorías, fuiste jugadora de Liga de Honor y ahora entrenadora. ¿Cómo le transmitiste tu experiencia a las chicas?
– Sí, a mí me ha tocado como entrenadora perder dos finales, en Cadetas y en Juveniles en Torneos Nacionales. Me ha tocado como jugadora perder y me ha tocado ganar varias veces en Inferiores y también en Mayores. Lo que yo trato de transmitirles, que es un poco lo que ya tienen incorporado y ellas mismas se lo van contagiando, es que son torneos sumamente difíciles, que lo deportivo uno ya lo trae porque ya lo entrenó. Si bien podés hacer diferencia con estrategias de cara a un partido, quizás lo más importante es que ellas tienen que dar un plus desde lo humano, desde la pasión y la entrega. La idea es que puedan decir “me voy absolutamente vacía porque nos costó un montón venir hasta acá, y porque son siete días de dejar todo para ser las mejores del país a nivel Club”.
Es algo que lo tratamos de transmitir desde chicas, pero sobre todo en torneos en que todas tienen un rol muy importante. Necesitás de las 16, de las 18, de las 14 con las que viajes. Que si ellas están fuertes a nivel grupal y dan ese plus extra, de irse vacía, de alentar a su compañera si no les toca entrar, de estar 100% dispuestas a poner al equipo por encima de ellas y de todo lo demás, las cosas en definitiva terminan saliendo. Creemos que el camino es ese.
– Es tu primer título como entrenadora, y un torneo Nacional no es poca cosa. Te ha tocado pasar por muchísimas categorías, has estado dirigiendo durante muchísimo tiempo, te ha tocado en algunas ocasiones llegar a instancias finales y no se te había dado el campeonato. Vos en lo personal, ¿cómo atravesaste esto?
– Es difícil, porque a uno también le cuesta a veces manejar un poco la frustración con eso, como que te quedas siempre ahí en la puerta. Así que en mi caso yo lo viví con mucha alegría, pero principalmente porque me parece que era un grupo que merecía poder cerrar un ciclo de esta manera. A veces hay que respetar los procesos y saber esperarlos y trabajarlos. No es tan sencillo estar en instancias de finales o clasificar a torneos tan competitivos, y encima tener que ganarlos, es sumamente complejo.
Estas jugadoras me terminaron teniendo seis años consecutivos a mí. Por un lado es un montón y capaz no está tan bueno, y, por el otro, también derivó en un trabajo muy profundo, ellas conmigo y yo con ellas, que hizo que se cierre de esta manera. Como entrenadora, la verdad es una alegría, también es un voto de confianza, que una a veces también lo necesita. Pero sobre todo, tengo la tranquilidad de decir que estamos haciendo las cosas bien, y que con trabajo y respetando los procesos, las cosas después terminan llegando.
– Ahora vuelve el campeonato metropolitano, se cierra con el Torneo Clausura. ¿Qué es lo que se propone el equipo para lo que resta del año y para el futuro?
– Este año también nos propusimos clasificar al Nacional, venimos bien. Nos está pasando que es una camada de Juveniles muy buena y que también muchas están jugando en los equipos Mayores, tanto de Ferro B como de Liga de Honor Damas, que está muy bueno porque están incorporándose. Pero son jugadoras que también están teniendo un desgaste muy importante, entonces estamos trabajando para tratar de lograr un equilibrio y que tampoco descuiden lo que es su categoría y su formación, porque consideramos que todavía son jugadoras Juveniles, que no son Mayores, están en un proceso formativo y es importante que lo respetemos.
A futuro, van a nutrir muchísimo a los equipos Mayores. Ferro tiene muchas jugadoras entrenando con Selección, el año pasado han viajado al Mundial Juvenil, al Panamericano Juvenil. Entonces, es mucho volumen y no dejan de ser jugadoras en formación. Estamos tratando de trabajar para cubrir todo, no desgastarlas y que no pierdan su proceso de aprendizaje.