Hasta pronto, Yacaré
Y el Yacaré dijo adiós. A los 33 nomás, con todavía metros y metros de hilo en el carretel, con tantas bandejas aún por servir, con quien sabe cuántas sonrisas de bigote techadas y brazos por erguir para celebrar. El Yacaré dijo adiós. Después de 15 largos años de carrera, de Liga Nacional, de Selección Argentina, de Liga Española, de Drafts NBA y de tanta pero tanta historia escrita. El Yacaré dijo adiós. El parquet, nosotros, y el mundo del básquet, ya lo empezamos a extrañar…
Kammerichs nació en Goya, la segunda ciudad en importancia de la provincia de Corrientes con poco más de 80 mil habitantes, acariciada por el Río Paraná y alejada a 788 kilómetros de la Capital Federal. Allí dio sus primeros pasos con la naranja hasta que, a los 16 años, llegó a Caballito de la mano de su tío, Fernando Fornies, un exjugador de Liga Nacional y torneos regionales que conocía a León Najnudel, por entonces entrenador de Oeste.
Chiche Gornatti, quien luego sería manager del básquet de Oeste, le contaba a El Gráfico en 2011: “Corría febrero de 1998 y el Ruso León Najnudel me invitó a un entrenamiento de Ferro. En el calentamiento previo sentí el impacto de sorprenderme con un chico distinto. De biotipo yugoslavo, estaba haciendo bandejas. Con alcance de brazos fuera de lo común, un desplazamiento de piernas para comerte en pocos metros y un corazón enorme que se palpitaba en cada una de sus acciones. León se me acercó y me dijo al oído (como hacía el Ruso cuando no quería hacer ruido sobre algún jugador para que no se lo roben): ‘Me mandaron un monstruo, Chiche, me mandaron un monstruo…’.” El monstruo, claro, era Federico Kammerichs.
En Ferro debutó en 1998 y disputó tres temporadas en la Liga Nacional, para luego emigrar a España, donde desarrolló la mayor parte de su carrera. Se paseó por diferentes equipos de variada relevancia: Ourense, Pamesa Valencia, Bruesa GBC, Akasvayu Girona y Polaris World Murcia, hasta que en 2008 regresó a la Argentina para jugar en Regatas, cerquita de su gente, en su mismísima Corrientes natal. Luego tuvo un paso fugaz por Flamengo de Brasil y volvió a Regatas, donde se consagraría en su última temporada como profesional, venciendo contundentemente a Lanús en la final apenas algunos meses atrás.
Fue parte, también, de la Generación Dorada, quizás la camada de jugadores más importante que dio la historia del deporte argentino. A los 20 años fue convocado por Magnano para el torneo “500 Años del Descubrimiento de Brasil”, en Río de Janeiro, y tres años más tarde, en el Sudamericano de Montevideo, llegaría su debut oficial con la celeste y blanca. Brilló en los premundiales de Santo Domingo 2005 y Puerto Rico 2009, y participó también en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 y Londres 2012 donde compartió equipo con, por ejemplo, el Luifa Scola, otro made in Caballito que dejó su huella en la historia grande de nuestro basquet.
El Yacaré dijo adiós. El del bigote carismático, el de la sencillez a flor de piel, hoy optó por privarnos de su talento y su corazón para entregarle tardes perdidas a los suyos: “Estoy cansado física y mentalmente. Quiero estar más tiempo con mi familia, y tengo prioridades personales que requieren más tiempo y atención de mi parte” explicó Kammerichs, quien había dejado la puerta entreabierta a un posible llamado de Julio Lamas para el premundial próximo pero que finalmente cerró durante la tarde de ayer.
El Yacaré dijo adiós. Que sea un hasta pronto…