Saccardi: “Timoteo es San Martín”
Uno mamó la pasión desde pibe, creció con la pelota en los pies y pronto se convirtió en referente. El otro, con humildad, perseverancia y trabajo, potenció las virtudes de un equipo que llegó a la cima del fútbol argentino y se codeó con los mejores del continente. Cacho Saccardi y Timoteo Griguol, juntos, unidos por los mismos colores, por la misma pasión, se transformaron en mitos verdolagas.
Alejandro, hijo de Cacho y actual Secretario Técnico del plantel profesional, formó parte del homenaje que el club le hizo a Griguol tras su paso a la inmortalidad y recordó al entrenador que transformó a su papá en leyenda, y a Ferro en emblema.
-Cacho y Timoteo son sinónimos de Ferro. ¿Qué te contaba tu papá sobre el Maestro cada vez que volvía a tu casa después de un entrenamiento o de jugar un partido?
-Cacho, como todos los futbolistas que tuvo Timo, lo quería muchísimo. Te enseñaba a ser mejor jugador y a ser mejor persona. De hecho, yo siempre que hablo con la gente y me preguntan del Viejo, les digo que él es Ferro: salió campeón dos veces, jugamos Copa Libertadores. Por más de que no haya salido del club, es una parte muy importante.
-¿Por qué creés que Timoteo fue tan grande, no solo para Ferro sino además para todo el fútbol argentino?
-Era un docente. Más allá de los resultados deportivos que tuvo, no hay una persona que te hable mal de él. Son todas palabras de reconocimiento, y eso dice mucho de él como ser humano. Hasta los que no son hinchas de Ferro, de Gimnasia, de Central, lo quieren mucho.
-¿Qué cosas pudieron ir incorporando a lo largo del tiempo de Timoteo, o vos en particular, de lo que ibas escuchando?
-El Viejo les hacía aprender a los futbolistas, además de jugar, el sentido de pertenencia. Timo comenzó su experiencia como DT en Rosario, pero donde trabajara, parecía que había nacido ahí. Siempre lo hizo con mucho amor y con mucha pasión.
-¿Cómo lo definirías en una palabra, una frase?
-Para nosotros, él es San Martín. Para todos los hinchas, los socios, es eso.