Federico Lértora: “Ojalá mi retorno sea en Primera”
Mientras uno portaba la cinta de capitán por primera vez, el otro daba incipientes pasos para transformarse en un jugador con proyección internacional. Ambos llevaban estampada la camiseta verdolaga desde pequeños y atesoraban sueños que se concibieron en la pensión. Federico Lértora y Marcos Acuña fueron piezas fundamentales de aquella primera rueda de la temporada 2011/12 en la que Ferro peleó de igual a igual con River, Instituto, Quilmes y Rosario Central. Aquellos buenos desempeños en el equipo que conducía Mario Gómez los catapultaron a nuevas experiencias. Los desunió el crecimiento futbolístico y sus respectivas llegadas a Primera División, pero no el amor por el club.
Desde Santa Fe, donde se constituyó como eje del Colón que alcanzó la final de la Copa Sudamericana 2019 y que hoy lidera la Copa de la Liga Profesional, Lértora no olvida sus orígenes. Titular indiscutido en todos los planteles en los que jugó, el León agradeció el llamado para la entrevista y rememoró una anécdota inédita del primer gol de Acuña en Ferro, elogió a su ex compañero Brian Fernández y dejó la puerta abierta para un eventual regreso a la institución.
– ¿Te acordás algo de aquel partido en el que Marcos dio sus primeros pasos como futbolista profesional? (NdR: victoria de Oeste 3-0 ante la CAI)
– Mucho no me acuerdo. Es más, yo pensé que había debutado en cancha de Chacarita, no en Comodoro Rivadavia. Esos partidos con la CAI eran bravos, por el viento y porque llovía un montón. Sí me acuerdo del Huevo y de sus comienzos. Se veía que tenía un potencial muy grande. Por suerte después lo pudo explotar y mejorar.
– Cuando él se instaló en el primer equipo, ¿vos le veías proyección para llegar hasta donde está hoy en día?
– Quizás uno no pensaba que podía llegar al Sevilla y a la Selección, porque eso uno lo ve más lejano. De todos modos, como compañero ya observabas todas las condiciones que reunía. Hacía falta trabajarlo y mucho dependía de él. Todo eso hay que ayudarlo con mucha disciplina y esfuerzo, y Marcos lo pudo aplicar para seguir creciendo. Tenía un potencial enorme, y desde su personalidad, era un chico respetuoso, reservado, muy humilde.
? El 16 de abril del 2011 hizo su debut profesional con la camiseta de #Ferro.
— Ferro Carril Oeste (@FerroOficial) April 16, 2021
Desde Zapala llegó a nuestra pensión. Hoy nos llena de orgullo cada vez que defiende los colores de nuestra Selección ??.
¡Caballito siempre será tu casa, @AcunaMarcos17! ??#DiezAñosDeHuevo ? pic.twitter.com/xRjng2Kalz
– ¿Qué era lo que más te impresionaba del Huevo en ese entonces y qué es lo que más te llama la atención cuando lo ves jugar hoy?
– Siempre tuvo una gran personalidad y se plantó desde el comienzo. A veces es difícil eso cuando a uno le toca debutar. Además, era muy duro físicamente. Me acuerdo de chocar en los entrenamientos y que te dejaba dolorido. Con los partidos y la experiencia fue soltándose cada vez más. La técnica, el panorama y la pegada eran todas cosas que ya traía incorporadas. Era cuestión de agarrar confianza.
– ¿Qué anécdotas se te vienen a la cabeza de él en Ferro?
– Tengo una, espero que Marcos se acuerde. Es de un partido en cancha de Aldosivi, el técnico de Ferro era Mario Gómez. Nos toca un tiro libre a favor y en el plantel estaba Julio Buffarini, que jugaba de 8 y la venía rompiendo en ese torneo, fue previo a que se fuera a San Lorenzo. Buffa, que ya había hecho algunos goles, era el encargado de patear. Yo le dije que lo dejara al Huevo porque le tenía fe, además el perfil era mejor para un zurdo. Medio que no le gustó nada, se calentó. Pateó Marcos e hizo el gol. Con ese tanto ganamos. Julio se había agarrado una moto antes de patear… Después obvio que lo gritamos y festejamos todos (risas).
– Para muchos hinchas, aquel equipo fue competitivo como ningún otro en estas dos décadas en el Ascenso. De hecho, vos te marchás a Godoy Cruz a mitad de temporada. ¿Cómo recordás esa primera parte del torneo?
– Desde que estuve en Ferro, fue el mejor plantel en el que me tocó formar parte. De los 11 que eran titulares, todos terminaron jugando en Primera División. Lamentablemente se desvirtuó en la última fecha de la primera rueda, en el partido contra Atlanta, pero habíamos sido muy competitivos. Yo ya estaba vendido desde el comienzo del certamen y sabía que me iba a ir, porque me habían avisado. Después también se fue Julio y se complicó más. Esa fue la B Nacional más dura de la historia porque parecía un campeonato de Primera.
?️Fede Lértora recuerda cómo se gestó el primer gol de @AcunaMarcos17 en #Ferro: "Le dije a @jabuffarini que lo dejara patear, le tenía fe. Julio se había agarrado una moto…" ??#DiezAñosDeHuevo ?? pic.twitter.com/Un6mk9N6O6
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– Cuando llegaste al club te tocó desarrollarte en un contexto económico-financiero muy delicado. Hoy, a casi 10 años de tu partida, el club levantó la quiebra, realizó muchas obras de infraestructura y luce renovado. ¿Cómo lo ves vos?
– Entré en Ferro en 2001 y estuve hasta el 2012, cuando se dio la transferencia. El club estaba muy mal y eran momentos difíciles. Hace mucho que no voy a Buenos Aires por la cuestión de la pandemia y en mi carrera me ha tocado jugar mucho en el Interior. Por lo que sigo en las redes y lo que me cuentan amigos, veo lo que ha crecido el club. Han hecho la tribuna nueva y están haciendo la otra, es increíble. A uno lo pone contento porque es lo que el club se merece. Falta coronarlo con ese bendito ascenso porque es un club con mucha historia.
– Te has destacado en todos los clubes de Primera en los que has jugado, siempre en la Argentina. ¿A tus 30 años, te queda la ambición de jugar en el exterior?
– Sí, todavía lo tengo en mente. Uno trabaja y sueña todos los días en poder crecer a nivel personal, haciendo las cosas bien en donde le toca estar, y que eso te permita evolucionar. La idea siempre está y siento que me encuentro en edad.
– Si te tuvieses que definir hoy, a más de 12 años de tu debut, ¿qué clase de jugador sos y qué le incorporaste a ese León que vimos surgir desde las divisiones inferiores?
– En Ferro me tildaban de desordenado. Me salía mucho de los espacios que tenía que cubrir y trabajé mucho para acomodarme en ese sentido. Corría para todos lados y con el tiempo lo comprendí. Cuando era chico no lo entendía, era joven y creía que era lo que estaba bien. Lo que hice fue entender más el juego, y ese es uno de los grandes cambios que tuve que hacer cuando me fui.
– Empezaste a vincularte con el fútbol a los 10 años. Eras de Mercedes, te costaba viajar y para llegar hiciste muchos sacrificios. ¿Cómo ves eso en retrospectiva?
– Si veo mi caso, fue una locura. Ir para atrás y ver lo que mis viejos me permitieron hacer y lo que me bancaron… Siendo padre ahora, yo no sé si haría lo mismo. Han cambiado mucho los tiempos y la inseguridad empeoró. Lamentablemente es una profesión que empezás a tener desde chico, y si apostás a ser jugador de fútbol, no sabés si lo vas a poder lograr. Lo más sensato es hacer todo lo posible e intentarlo, y si no se da, te quedás con la tranquilidad de haberlo dado todo.
-¿Creíste fervientemente que ibas a llegar a ser futbolista profesional o dudaste en algún momento de tu vida?
-Cuando llegué a mediados de 5ta, estaba muy mal porque sentía que tenía que saltear la 4ta. Se decía que era el cementerio, porque en la B Nacional no había Reserva y se juntaban tres categorías: 1988, 1989 y 1990. Con mi viejo hablábamos de que llegar ahí era no avanzar más. Tenía pánico. Veía que no pasaba nada y me empezó a agarrar preocupación. Por suerte ahí empecé a levantar.
-¿Qué significa Ferro para vos? ¿Tenés en mente volver a vestir la camiseta Verdolaga en el futuro?
-Como siempre digo, Ferro es mi segunda casa. Es donde me crié y donde me terminé de formar como persona cuando me fui de Mercedes a vivir a la pensión del club. Pasé muchos años y conocí a mucha gente. Siempre lo tengo presente en mi corazón y sigo la campaña. Sin duda que me gustaría volver a jugar, me quedó la espina de no haber pedido pelear por el ascenso y conseguirlo, y ojalá que en algún momento mi retorno sea en Primera.
– Hace nueve años competís en la máxima división de nuestro fútbol, ¿qué crees que le falta al club para estar en la elite?
– El otro día volví a jugar en la cancha de Platense, que para nosotros era una especie de clásico. Me da una bronca que estén ellos en Primera. Con nada… Podría estar Ferro que es un club con mucho más historia. Pero bueno, ya se va a dar, hay que hacer las cosas bien nomás.
– En Colón compartiste plantel con Brian Fernández, que hoy se destaca en Ferro. ¿Pudiste establecer un vínculo con él?
– Sí, claro. Es un pibazo. Lamentablemente no le hacía bien estar acá en Santa Fe, el entorno que lo rodeaba no lo ayudaba. Necesita contención, pero es un pibe de diez, un amor, te hace cagar de risa… realmente es muy querible. Y como jugador es crack, olvidate, una bestia. Si el equipo camina un poco y lo acompaña, él te hace la diferencia, te da un salto de calidad. Es de esos jugadores que te definen un partido con una jugada. Le pega con las dos, tiene una potencia tremenda, no se achica… Es una estrella para la categoría, ningún equipo tiene un futbolista así.