La huella de Marcos Acuña
Se aguantó lo más que se pudo, pero finalmente sucedió. Hace ya mucho tiempo que el rendimiento de Marcos Acuña despertaba el interés de clubes de Primera División y del exterior. Sin embargo, cumpliendo con su palabra de que “si no nos sirve a los dos, no me voy”, el Huevo desestimó las ofertas de varios clubes que ofrecían poco dinero por su pase, aunque un jugoso contrato para él, y continuó jugando con la camiseta de Ferro más tiempo de lo esperado.
Marcos nació en Zapala hace 22 años. Allí inició su carrera futbolística en Olimpo, pasando por Tiro Federal y Don Bosco, todos clubes de su Neuquén natal. A los 17 años fue elegido para formar parte de las divisiones juveniles del verdolaga y viajó hasta la Capital Federal para instalarse en la Pensión del club, situada en Federico García Lorca 185 en el barrio de Caballito.
Comenzó su carrera como jugador de Ferro en 5ta división y un año después en 4ta división le tocó Marcelo Broggi, actual coordinador del fútbol juvenil, como técnico. “Al principio se fastidiaba en los entrenamientos, pero con el tiempo se terminó convirtiendo en un profesional bárbaro”, comentaba el DT que luego agregó una anécdota “En el primer partido de 4ta división jugamos contra Deportivo Merlo, a los 5 minutos de ya empezada la charla técnica entró Marcos al vestuario y lo eché, lo dejé fuera del equipo porque un jugador no puede llegar tarde al vestuario, y menos un jugador de pensión… Pero después nos enteramos que fue porque tenía que ser el último en salir de la pensión y debía cerrar la puerta. Hasta el día de hoy debe estar enojado! Pero por suerte tenemos buena relación, hablé mucho con él cuando le tocó firmar su primer contrato.”
El habilidoso volante tuvo un rendimiento destacadísimo ese año en 4ta por lo que lo subieron a entrenar con Primera División, en ese entonces dirigido por “Chaucha” Bianco, y su turno de debutar no tardó en llegar. El 16 de abril de 2011 ingresó por primera vez ante la C.A.I. de Comodoro Rivadavia y 3 partidos después salió a la cancha de titular ante Chacarita Juniors en San Martin.
“Debutó y jugó sus primero partidos como lateral izquierdo y luego pasó a jugar de volante, como hacía en 4ta división. Un jugador como él tenía que estar en Primera y a fuerza de rendimiento se lo ganó. Tiene desequilibrio, cubre bárbaro la pelota, tiene una gran pegada tanto en pelota parada como en movimiento, va para el frente… Tenía que jugar, en la posición que fuera, pero tenía que jugar”, afirma con orgullo Broggi.
Luego del cambio de posición en la cancha, Marcos logró una indiscutida continuidad en Primera División llegando a ser capitán del equipo, contando 117 partidos al hombro y 5 goles en su haber. Siempre se destacó por su talento, su pegada y su forma de recorrer la banda. Pero también se distingue por su valor fuera del verde césped. El fútbol le dio la posibilidad de crecer pero él nunca se olvidó de sus orígenes y a pesar de estar hace ya 3 años en Primera, nunca dejó de colaborar con la pensión de jugadores. Él mismo pasa periódicamente a comer con los chicos de la pensión, sortea camisetas y ayuda a los chicos que más lejos viven y más lo necesitan a que viajen a visitar a sus familias.
Su nivel en el primer equipo y su transferencia fortalecen el prestigio de las divisiones juveniles, tanto en la contención de los chicos en la Pensión como su importante aporte de jugadores al fútbol profesional.
Esperemos pronto volver a tener jugadores como Acuña, aquellos grandes valores que dejan su huella dentro y fuera de la cancha.