Psicología del Deporte: Vení a estudiar a Ferro
El Licenciado Marcelo Roffé es un viejo conocido de la Institución. En su especialidad, la Psicología en el Deporte, ha forjado una carrera notable. Todo un referente pese a su juventud, hoy fue convocado por el Instituto Ferro para trasmitir toda su experiencia en los nuevos estudiantes. Algo que aceptó sin titubear.
-¿Qué significa para vos después de tanto camino recorrido -hoy sos un verdadero referente en la materia-, retornar al Club que te vio nacer en una especialidad como la Psicología en el Deporte, que por entonces no estaba muy utilizada?
-Primero estar con la calidad de profesionales como Andreu, Anselmi, Kohan, Rosello, la gente de marketing, María Inés Lorenz, María Alicia Trincheri… es un honor porque uno tiene que ser agradecido en la vida. La primera puerta que se me abrió fue la de Ferro. Después vienen los trabajos en clubes, selecciones, otros deportes… diez libros. Pero el primer libro que fue el que me posibilitó llegar a la selección juvenil con (José Néstor) Pekerman fue compartir mi metodología de trabajo y mi experiencia de mis años en Ferro.
-¿Se puede decir que fuiste un visionario en esto?
-No fui el primero. Estuve en el lote de los cinco que arrancamos, porque yo me recibí en el 90 en la UBA pero primero me especialicé en clínica y recién después en deportes. En la psicología del deporte, en el país no somos más de 50 a los que nos va bien. Hablando potencialmente hoy hay un montón de especialistas porque formamos gente, capacitamos. Yo creo que después las cosas se fueron dando, como por un efecto dominó. Pero naturalmente la primera puerta para empezar, la más difícil, la atravesamos en este Club. Recuerdo que un amigo me dijo en aquel momento: “Turco, no sabés que importante haber entrado en el sistema” y yo no me daba cuenta.
-¿Los deportistas y los futbolistas en particular están hoy un poco más dispuestos a convivir con psicólogos que en los 90?
-Sí, Einstein decía “es más fácil destruir un protón que un prejuicio”. Los prejuicios con buenos trabajos, porque nos fuimos perfeccionando nosotros en las respuestas que les fuimos dando, porque antes también nos involucrábamos más. Se ha hecho una buena base, con perfil bajo en distintas disciplinas y la gente cada vez va encontrando más respuestas en la psicología del deporte. Vamos por el buen camino y con seriedad, profesionalismo e idoneidad la cosa va bien y por eso para mí es un orgullo no solo volver a casa -siempre se vuelve al primer amor-, sino armar un equipo con tres profesionales más, psicólogos del deporte, que egresaron de la Asociación de la Psicología del Deporte Argentina, donde fui Presidente tres años. Gente que se formó con nosotros teniendo nuestra ideología, nuestros valores éticos y profesionalismo y la misma pasión.
-Es bastante común cada año que uno vea que algún que otro jugador no rinde y dice estar con problemas personales. Uno generalmente desconoce esos problemas, pero ¿terminan inevitablemente en un mal rendimiento?
-Sí, ese es uno de los factores que a veces se te mete en la cancha: lo que pasa en tu casa. Pero no es con lo único que consultan. En general, tanto en equipos donde estamos insertados como al consultorio vienen porque el murmullo de la tribuna les hace perder el foco atencional y empiezan a jugar con miedo a fracasar y equivocarse; porque juegan mejor de visitante que de local, porque no están motivados o tienen altibajos motivacionales, no tienen claras las metas, no pueden tomar una decisión bajo presión, no son tolerantes frente al error, a la frustración, tienen mucha ansiedad precompetitiva. Son muchos factores.
-¿Por qué al chico no se lo va preparando desde las inferiores en todo esto?
-Nosotros empezamos en las inferiores. Yo no sé si hoy Ferro tiene. Me han venido a buscar y yo sugerí a un colega que también se formó con nosotros y estuvo en la pensión dos años. Hay que empezar por ahí, no solo porque de 100 que empiezan AFA en novena división uno llega bien, la pregunta es ¿qué hacés con los otros 99? sino que además te preparan para el retiro, el estudio. Nosotros en esa época con muchos entrenadores como (Ricardo) Tartaglia, (Edgardo) Marchetti, (José Carlos) Fantaguzzi, (Roberto Mario) Gómez y (Miguel Angel) Tojo se dio ese espíritu de que el estudio era fundamental además de jugar al fútbol, como lo hacía Griguol.
-Tu experiencia te dice que puede haber un jugador que realmente rinde como profesional pero no puede soportar todas esas presiones a las que hiciste mención y fracasa en su carrera…
-Ya para llegar a ser profesional es porque tenés mente fuerte y buen entorno. Porque sino quedás en el camino. Ahora después mantenerte es difícil y muchos suponen porque se te acercan los amigos del campeón, todo eso está en los libros, la billetera llena, cambia el entorno. Ahí, si vos no tenés claros los objetivos podés perder el foco y desaparecer como llegaste. Muchas veces hay que prepararlos antes. No es sólo tener la oportunidad: hay que estar preparado.
Nota: Gustavo Cuenca